Mi guía perfecta es la existencia mórbida de un niño enjaulado
Al cual ni siquiera puedo nombrar.
Hoy fui esclava del pasionamiento hacia la muerte
De la misma sangre;
Miseria de la propia estirpe.
¿Perdón a la tosquedad?
Es inútil, in-naccionario,
No encontré en mi majestuosa instrucción
La correcta forma de saludar a un niño,
Que esperaba enjaulado el mínimo reconocimiento,
La mínima respuesta culturalmente instaurada:
Era sólo una vacía réplica,
Y yo inútil de darla.
Maldigo a mi amor perro que nunca elegirá a la
estúpidamente sabia sabuesa,
Maldigo a mi enorme patria que sólo me ha colmado de
hartazgos y patrañas,
Maldigo a mi misma esencia enjaulada
Exigiendo una mísera respuesta de tanta crueldad
categorizada.
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