domingo, 13 de marzo de 2011

Co(n) razón

Que tierna diversión se cierra ante tus ojos.
He descubierto toda esa rivalidad que te provoca,
Y es que no mataré por tí,
Prefiero que te hundas en ese mar de placeres,
Esa lluvía de cuerpos que tanto disfrutas.

Te lo haré saber: Volverás.
¿Y sabes qué?
Ese también será tiempo de desolación.

[Des] A Venir

Me dejaré arrojada a tu azar certero,
No diré nada más por ti, ni por mí.
Pensaré en lo que no he de hacer,
Y en una noche cercana, lloraré sin motivos
Inventaré tu mirada, y me dormiré junto a tu fantasma espectral.
Desde ayer hasta mañana seré una muda sin oídos,
Te esperaré dentro de mí,
Te regalaré toda esta distancia que aúlla,
Todo esto que desde mañana hasta ayer puede morir en un recuerdo relegado
De tontos por callar.

¿Oferta de llantos a la llorada en soledad?

¡Qué fantástica burla!

Sí hasta cuando se trata de ese inequívoco momento,
Me miras y dices: pero,
Y tuerces el mundo bajo tus pies,
Y me borras del recuerdo, de esos relámpagos;
Y allí otra vez: ¿Quién usará el disfraz?

¿La remembranza?,
Es harto sabido que todo lo revivido
Destella miles de veces más que hasta el mismo vigente.

[Hasta que este muere en el tiempo como tal]

¿En el presente?,
Es esta correntada de expresiones,
Ahoga a quien espera del otro lado,
Mata al esperanzado, y deja al hipócrita delante del cuerpo tieso.

¿Podrá mimetizarse con los cuerpos?

¿Será vigencia constante? ¿Será constante confluencia?

¿Confluirán en conjunto los cuerpos mimetizados,

Disfrazados,

Castrados de tanta alienación social,

De tanta relación con nadie?

Han castigado a la que espera,
Han venido a llorar aquí,
Ellas que nunca recuerdan quien soy yo.