jueves, 15 de octubre de 2009



El beso de la noche
No se jacta de la esperanza propia de la persona que lo imagina,
Simplemente lo menta,
Lo vuelve espectro
,
Nube sobre cabezas
Cabezas sobre cuerpos,
Sin nada que decir, sin nada que pensar.



Saciedad de ansiedades,
De calambres de pensamientos estupefacientes que se vuelven materia,
Se cuelan por las rendijas,
Arrastrando mares y siluetas de la existencia.



Volviendo a mi cuerpo,
Espero no esperar,
No volver a hacerlo,
Ni por hoy, ni por mí.



Siento mirar el cielo,
Siento llorar las hojas viejas del otoño,
Siento brillos de sonrisas,
Llenas, aturdidas,
Estacionales, tal como el mismo otoño, de las lágrimas encontradas.



Extractos de lo intrínseco,
Pedazos de animatrones,
Espacios de esquizofrenia.



Vueltas de lo indómito.

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